La “nueva normalidad” está caracterizada por un sinfín de medidas necesarias para el restablecimiento de la economía y la actividad productiva, pero que priorizan el cuidado de la salud de la población. En este sentido, tanto empresas como trabajadores han tenido que adaptarse a las reglas impuestas por la pandemia, dando forma a un nuevo mundo del trabajo en el que muchos de los cambios son inevitables.
Es prematuro aventurarse a decir que a corto plazo la situación mejorará, pero no el que a mediano plazo seguiremos condicionados por la evolución del Covid-19, por lo que la economía y el empleo deberán esquivar grandes desafíos para seguir creciendo.
Por esta razón, aquellas compañías que buscan capitalizar la experiencia que trajo consigo la pandemia, deben asimilar los cambios, incorporar los aprendizajes, y mantener la flexibilidad que les ha permitido ser más productivos.
Estas son las 7 directrices que regirán el mundo laboral durante todo este año:
1. Distanciamiento social como medida precautoria
El distanciamiento social en las oficinas continuará por tiempo indefinido para garantizar la salud y el bienestar de todos los colaboradores, y aunque en muchos rubros se haya retomado la actividad económica, la realidad es que la manera de relacionarnos en el ámbito laboral se ha transformado por completo debido a la implementación de protocolos de sanitización que buscan crear ambientes de trabajo seguros para todos. Las empresas tienen que tomar en cuenta el desafío que implica generar confianza en sus trabajadores para su regreso gradual y paulatino a sus lugares de trabajo. Asimismo, deben adecuar sus instalaciones, procesos y estándares para generar buenas prácticas.
2. Deslocalización del trabajo
Las organizaciones tuvieron que modificar su funcionamiento para que sus colaboradores pudieran trabajar desde sus casas. Esto ayudó a que de golpe, los prejuicios que existían en cuanto al home office, la productividad y el rol de la presencialidad, se derribaran. Definitivamente, el gran cambio que trajo consigo la pandemia fue la deslocalización del trabajo, que, una vez que se haya superado esta situación, impactará en la demografía, elecciones de vida, la dinámica de las grandes ciudades, etc.
3. Nuevas habilidades laborales
Precipitadamente han tenido que adoptar la digitalización sí o sí para no quedarse atrás. Para las que ya estaban en ese camino, no fue tan duro el cambio como las que lo estaban considerando. Y es que la evolución lograda el año pasado, ha sido equivalente a 3 ó 4 años en condiciones normales. Esto provoca que los cambios en el mundo laboral se den a un ritmo nunca antes visto, creando nuevas habilidades que le hacen frente a los trabajos del futuro.
4. Constante capacitación
La empleabilidad de las personas depende de su capacidad de aprender, adaptarse e incorporar nuevos conocimientos hoy más que nunca. Frente al desafío de formar tanto al talento nuevo como al actual, además superar la obsolescencia programada de las habilidades laborales, las empresas deben tomar el rol de formadoras, en lugar de dejárselo a las instituciones educativas que en estos momentos no es imprescindible contar con sus servicios.
5. Trabajo por objetivos
El home office llevó a las compañías a reconocer que el control sobre los horarios y estar en persona, no son necesarios para asegurar la productividad; se trata de darle un voto de confianza a los empleados de que cumplirán en tiempo y forma. En este sentido, el trabajo por objetivos está ganando terreno, y el trabajo con base en horario está quedando en segundo plano. Con una menor dependencia de la presencia física en las oficinas y el cumplimiento de horarios, todo indica que en el futuro veremos un crecimiento de esquemas de trabajo más flexibles. Los trabajos a distancia, híbridos o mixtos serán la opción predilecta, tanto de los empleadores como de los trabajadores.
6. Reevaluar los valores organizacionales
Mantener a los colaboradores felices y acompañarlos en este nuevo proceso, para que los esquemas de trabajo flexible y remoto sean positivos para todos, implica reevaluar los valores organizacionales al igual que la transmisión de la cultura. Además, la falta de contacto cara a cara, la conexión entre todos y las interacciones informales fuera de los espacios de trabajo, son algunos de los efectos secundarios que el Covid-19 impuso. El mayor reto a superar es mantener las relaciones personales y los vínculos entre colegas a pesar de la distancia.
7. Cambios en la contratación de talento
En 2020 las organizaciones también debieron adaptar sus procesos de búsqueda, selección y contratación de recursos humanos. Lo anterior, resultó en la incorporación de talento sin haber sostenido una entrevista cara a cara para conocer al candidato y darle un tour de las instalaciones. Aunque el reclutamiento de nuevos empleados en procesos virtuales es complejo, esta experiencia está lejos de irse, permitiendo irse empapando en la cultura organizacional y conociendo a sus compañeros aún en la distancia.
En pgiovas hemos implementado este modelo desde que inició la pandemia y nos ha funcionado, por lo que lo recomendamos para que a distancia continúes desempeñando tus labores. Cuenta con nosotros para seguir creciendo.